viernes, 24 de octubre de 2014

Staling

Tal vez tus ojos se han secado por tantas lágrimas derramadas en una sola noche. Puede ser que se han cansado de todas las estupideces que han visto en la computadora. Quizás tus mejillas se encuentren tensas por tantas sonrisas que has regalado, y tu mente quiera descansar y permanecer totalmente en blanco -aunque sea por unos 5 minutos-.  A lo mejor y ya estás preparado para bromear con respecto a todo lo ocurrido. Chance y te atrevas de una vez por todas a recordar en voz alta. Inclusive seas capaz de cantar cualquier triste y patética balada sin pena alguna. Pero lo más seguro, es que tu alma siga arrojando cosas por toda la habitación, y que grite con todas sus fuerzas hasta que la sangre se le haya subido por completo al rostro, haciéndola parecer un tomate enfurecido. Podría tener gran certeza en afirmar que tu alma no quiere ver a nadie, ni atiende ni una llamada telefónica, no se atreve a escuchar música, ni a prender la computadora o la televisión. Muy probablemente se encuentre ahí en medio del cuarto, entre todo el tiradero, recostada en posición fetal abrazando a Staling, su único compañero, llorando todas esas lágrimas que a tus ojos se le han acabado, porque ella las sigue utilizando, mientras el perro las lame de sus mejillas.

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