sábado, 20 de septiembre de 2014

En el mar la vida es más sabrosa

En agosto se cumplieron 3 años desde que empecé a vivir en la blanca Mérida, y mucha gente se sorprende que en ese tiempo yo no me haya dado mi "escapada" hacia las bellas costas de Cancún, estando tan cerca. Pero bueno, para el puente del 15-16 de septiembre (porque a nosotros sí nos dieron puente), me invitaron a pasarla en Cancún y pues ¿qué les puedo decir que no sepan ya? ¿Que la gente se la vive de antro todas las noches? ¿Que la zona hotelera es inmensa? ¿Que el mar es precioso como ningún otro que haya conocido? 

Conocí una de las playas de Cancún y también fui a Playa del Carmen, no está de más decir que los colores del mar son impresionantemente bellos y que la arena es tan fina y bella que es un deleite caminar sobre ella. A comparación de las costas del Pacífico, como Huatulco, Oaxaca; Puerto Vallarta, Jalisco y Puerto Arista, Chiapas que la arena es gruesa, porosa y rasposa, la arena del Caribe mexicano es exquisita, deliciosa. 

No fui a emborracharme, ni a ligar, ni a pasármela de fiesta ni mucho menos, yo sólo fui a conocer, porque ya era justo y necesario que lo hiciera ¡conocer uno de los mares más bellos del mundo! si no es que el más hermoso de todos. Y como publiqué en facebook hace unos días, "a mí pónganme el agua en la presentación que sea: cenote, mar, alberca, río, lago, y no me sacan en horas". Me encanta nadar y en el mar me fascina jugar con las olas, que me revuelquen o nadar dentro de ellas. 

Durante mi paseo por Playa me dijeron que el mar es super tranquilo, tanto que hasta parece alberca, pero el día que fui, como iba a llover, andaba bieeen picadito y las olas estaban chidas para tener un combate uno a uno con ellas. Lo mismo sucedió en las playas de Cancún. Siento que si me hubiera tocado en una temporada en la que el mar está más calmado, quizás no lo hubiese disfrutado tanto como ahorita, es decir, la experiencia de estar dentro del agua, porque como ya mencioné, la belleza del mar habla por sí misma. Esto se debe a que estoy acostumbrada a que al mar se va a luchar contra las olas y a reírte de ti mismo y de tus cuates cuando nos pegan la arrastrada de nuestras vidas, a pesar de que la mugre arena rasposa lastima las rodillas cuando intentamos frenar el arrastre.

Para mí el mar es increíble debido a su inmensidad, sea de donde sea y como sea. Ya sea con arena oscura y aguas color azul marino como en Puerto Vallarta o Puerto Arista, arena "común" como la de Huatulco, o arena blanca y olas cristalinas con diferentes tonalidades de azul como en Cancún. Esté "feo" o "bello", en el momento en que lo visite, para mí siempre será una experiencia increíble visitarlo, como si volviera a ser una niña que lo único que quiere es ir a nadar con las olas, que al fin y al cabo a eso voy, a que me den la revolcada de mi vida, jeje ¡En fin! Sinceramente espero poder visitar esas hermosas costas una vez más, con más tiempo (y dinero) para seguir maravillándome con la enormidad de la naturaleza y lo imponente que es el señor mar.

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