sábado, 13 de septiembre de 2014

Yo no sé tú, pero yo vine a bailar

En la ciudad en donde vivo hay una cosa que se llama Secretaría de la Juventud (SEJUVE), que cada semestre imparte talleres culturales y deportivos de a grapa. Desde enero del año pasado me inscribí al taller de salsa, y este semestre regresé por tercera ocasión.

Se preguntarán ¿por qué rayos regresas al taller? ¿No aprendiste a bailar? La neta tanto como que aprender a bailar no... aprendí pasos básicos y otros pasillos más elaborados de lo que es la salsa en línea, aprendí a seguir un poco el ritmo y a dejarme llevar por mi pareja (porque todos los bailes son bieeeen sexistas, el hombre es el que dirige), pero sobre todo aprendí a soltarme, a disfrutar de la música y de mover el bote sin pensar que alguien detrás podría estar burlándose de mí.

Como les digo, esta es la tercera vez que entro, también en enero de este año estuve y fue el reencuentro con mis amigos salseros (somos una banda pero si bien chévere) y ya ven, como es el mismo curso, los primeros días el maestro enseña los 4 pasos básicos de la salsa en línea, y uno que piensa que se lo sabe todo ya empieza de farol (presumido) junto con sus cuates del curso pasado.

Las clases de este semestre comenzaron apenas el lunes y pues uno que es amante del meneo de las caderas asistió para farolear un poquiris. La neta es super divertido. Decimos cada estupidez con mis cuates, hacemos gestos locochones y nos ponemos luego a bailar "de conjunto" o como si estuviéramos en carnaval. No miramos nunca atrás, pero sé y estoy segura que la gente se ríe de nuestras tonterías, y supongo que también habrá algunos que nos tachen precisamente de faroles y engreídos, pero eso es lo de menos. Yo asisto a divertirme, a bailar, moverme, desestresarme (porque la verdad sí sirve para relajarse y un buen, sólo piensas en la música y en la diversión con los amigos).

Es por eso que regreso y siempre les cuento de ello a mis cuates de la escuela. Aproximadamente en marzo convencí a un amigo de unirse y ¡hasta con novia salió! Este semestre 2 amigas se unieron a nosotros y a pesar de que estaban super apenadas y medio perdidas con los pasos (mugres viejas se la pasaron quejándose toda la clase, pero así son ellas), les demostré que nosotros llegamos a jugar, a reír, a bailar, "vivir mi vida lalalala", y al parecer se divirtieron mucho. Ya me dijeron que egresarán la otra semana y estoy muy contenta por eso, ya que es una actividad que disfruto mucho y qué mejor que mis amigas de la escuela compartan un gusto, una experiencia más conmigo.

Como les digo a mis amigas el chiste de esto es soltarse... a mí, para ser sincera, me encanta ver a los hombres que bailan, pero mucho más si se ve en sus rostros que disfrutan la movedera, eso los hace mucho más atractivos que el baile en sí. Porque sinceramente ¿qué chiste tiene bailar chido si lo haces nomás por hacerlo? ¿si no lo disfrutas al grado que te olvidas de los problemas que tienes con la escuela, el trabajo u otras cosas? Gracias a estos "cursos" y a los excelentes amigos que hice ahí, ya no me importa lo que la gente piense de mí o de mi baile, me importa pasar un buen ratote con la gente que quiero y con una de las cosas que más me gusta.

Así que párense muchachos y muchachas y muevan el bote al ritmo que quieran, salsa, cumbia, merengue, reggaetón, bachata, electrónica, como sea... que bailar libera al cuerpo y de paso al alma y la mente también.

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