"Llegó ese feliz momento en que te puedo contar, que jamás te ha de olvidar mi sensible pensamiento, espero que pases contento (a) el feliz día de tu santo, sin penas y sin quebranto, ante esta reunión querida, pues sabes que no te olvidan tus amigos y tu familia que te quieren tanto."
Este es uno de tantos poemas que se le dedica a la persona que está cumpliendo años y por la cual, todos se reúnen a pasar un buen rato y comer harta botana. En mi familia esta es una tradición que se hace en el cumpleaños de cada uno de nosotros, y al ser tantos (tíos, primos, sobrinos), se realiza varias veces al año. Asimismo, acompañado de estos versos, la persona que lo recita sostiene una corona de flores sobre la cabeza del festejado (a) y al terminar de decir la letanía, coloca la corona sobre la cabeza del cumpleañero (a) y le da un fuerte abrazo. Posteriormente toda la gente se para a darle el abrazo a quien tiene la corona. Esto normalmente se hace una noche antes del cumpleaños -supongo yo que quien lo pensó así quiso que la persona celebrada pasara sus primeras horas con las personas que la quieren y que siempre están bien puestos para la pachanga- siendo una tradición puramente zoque, es decir, única del centro del estado de Chiapas (en ningún otro lado se estila hacerlo).
Escribo esta pequeña introducción cultural ya que el sábado pasado cumplí mis 21 primaveras. Así es, ya soy legal en todo el mundo, me pueden demandar y meter a la cárcel donde sea, pero igual puedo beber alcohol (cosa que casi no hago) en cualquier mugre lado :) . . . ¡En fin! Desde que vivo en Mérida, he pasado 4 cumpleaños lejos de mi casa y mi familia, así que tristemente ya no he festejado mi corona. Sin embargo, esta vez festejé durante todo el fin de semana, es decir, viernes, sábado y domingo, junto con mis amigos, un par de tragos y claro, comida por doquier.
La botana traída desde Chiapas no podía faltar |
Se me hace curioso cómo desde muy pequeños nos enseñan que los cumpleaños son algo muy muy muuuuy importante, es decir ¡es un año más de vida! ¡come on! ¡hay que celebrar tu existencia! Pero si de eso se trata, supongo que habría que festejar cada día de existencia, ¿cierto? Aunque eso podría ser un poco malo para la economía, bueno, dependiendo cómo se quiera celebrar, si a lo grande con botana, música, alcohol y coronas, o simplemente carcajeándose con cada estupidez que se dice con los amigos (así sí sale más barato, y es algo que se disfruta mucho). Bueno, como iba diciendo, además de aprender a decir ¡hey es mi cumpleaños, vamos a celebrar! También nos enseñan que no se celebra con cualquier fulano, como si estuvieras en un bar y le dijeras al barman "cuate, te invito una chela porque es mi cumple", eso simplemente no pasa (o bueno, no normalmente), sino que nos enseñan que debes de celebrar tu existencia con las personas con quienes la compartes y que están supuestamente felices de eso, de que existas. Entonces, tus padres hacen fiestas o reuniones en donde te acompaña tu familia (en mi caso te coronan) y conforme vas creciendo te permiten invitar a tus "amiguitos" para jugar con ellos y claro, claaaaaaaaaaro, que te den más regalos.
Una de las mejores cosas cuando uno es niño, y creo que también ahorita en la "adultez" es recibir regalos, es por eso que además de la celebración y el pastel, esperas con ansias tu fecha de cumpleaños, porque ¡te dan cosas bonitas y gratis! (bueno, no siempre son tan bonitas). Recuerdo que en las fiestas de mi sobrina Kamila, ella iba a recibir a sus invitados -por instrucciones nuestras- y antes de saludarlos, ella iba directamente a agarrar su regalo. ¡Claro! Si a uno como niño lo que le importa es el juguete que viene dentro de la caja, no la persona que ha llegado, y ¡oh la decepción! cuando el regalo contiene ropa, ¡ROOOOPA y no juguetes! Eso es algo que siempre le he dicho a mi mamá cuando pretende regalarle conjuntitos a mis sobrinos, "mami es decepcionante que de niño te regalen ropa, tú esperas algo para jugar, no ropa que no te gusta usar y que te pueden comprar tus papás". . . Pero bueno, con el paso de los años parece se que las cosas entre el objeto recibido y la gente invitada se empatan, te importan tanto las personas como lo que te puedan llegar dar, a veces ni te regalan nada y sólo con que asistan a festejarte es más que suficiente -bueno, hablo por mí cuando digo esto-, pero un regalo nunca, pero NUNCA de los nuncas estará demás C:
Regalitos de Miranda y Richo. La playera fue de mí para mí |
Anyway, regresando al tema del fin de semana pasado, festejamos los 3 días porque separamos las fiestas, ya que son círculos sociales distintos en los que me muevo y pues, la verdad, el juntar a todos en un mismo lugar no resulta para el festejado (a) porque anda compartido (a), un rato con ellos, otro rato con aquéllos, no has hablado con fulano y te preocupa que no llegue mengano. Además que los temas de conversación suelen ser muy distintos y por andar con unos, te pierdes de lo que dicen los otros. Siento que por eso es mejor separarlos, para que no haya atención dispersa y se le pueda dedicar el tiempo necesario a cada persona o grupo de personas que asisten a celebrar contigo tu cuatrapeada existencia. . . Toda la logística de este magno evento estuvo a cargo de mi amiga Miranda, ya que, aunque a mí si me gusta festejar mi cumpleaños con mis amigos, platicando de "n" mil cosas sin sentido, no soy de las personas que lo organizan, no sé, no me siento cómoda haciéndolo, así que ella es quien toma la batuta y cita a la gente, claro, platicando conmigo a quiénes invitar, dónde, a qué hora y cuándo. Así que en palabras de Miranda, fue una "fiesta patronal", como se dice aquí en Yucatán, o como diría mi familia en Chiapas "anduve como virgencita de Copoya", es decir, celebrando 3 días.
Y es el primer año que hago esto, ¿pueden creerlo? Yo que soy tan amiguera y tan hablantina (como podrán notar en mis párrafos) Ya que el primer año que estuve en Mérida, teníamos menos de un mes de haber entrado a clases y mis compañeros todavía no eran mis amigos, mis cuates, no había confianza pues, no nos queríamos, ni nos importábamos x) así que mi madre, para que no me la pasara solita, vino desde Tuxtla a pasar mi cumpleaños número 18 conmigo. Ahora en cambio, ya teniendo 3 años viviendo en Yucatán, habiendo conocido más gente y por lo tanto, teniendo más amigos en quiénes confiar, se prestó para hacer la fiesta patronal. Afortunadamente no faltaron los abrazos, las risas, los chismes, los buenos deseos, la comida, el detallito del pastel de cumpleaños (haya sido un pastelito comprado en el oxxo de la esquina, un submarino con una velita encima o un malvavisco embarrado con nutella), el "que los cumplas feliz", las mañanitas cantadas por don Vicente Fernández, las llamadas, los mensajes en facebook y en whatsapp, y gracias a la tecnología de los teléfonos, tampoco faltó el famoso "llegose" (como le dice mi tía al poema de arriba) ni el "dios bendiga" (una rola que cantan mis tías también durante la corona). ¿Ven? Con todo esto una se siente verdaderamente querida e importante en la vida de aquéllos que la rodean, creo que esa es la parte más chida de los cumpleaños (además de los regalos), que con la mera presencia o llamada te demuestran que te quieren y que indeed están festejando todos un año más de tu existencia. No sé, como que aumenta el autoestima y también la alegría por la vida, o por lo menos la mía C:
Sé que hay mucha gente a la que no le gusta celebrar su cumpleaños y en realidad no sé por qué, si es bien divertido. A otros simplemente no les importa y si se los festejan chido, sino también. Pero por mi parte, yo disfruto mucho el andar pachanguenado, y con eso no me refiero a irme de antro, estar despierta toda la noche y emborracharme hasta caer o vomitar o las dos cosas, me refiero, como ya expliqué en toda la letanía de hoy a pasar un buen ratote con los cuates, riendo como es de costumbre y comiendo cosas deliciosas de a madres (sip, la comida es muy importante)
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